miércoles, 5 de marzo de 2014

Precio: El Gran Debate sobre el Lujo

Personalmente, no soy consumidora habitual de productos de lujo... más me gustaría. No obstante, soy muy consciente de los avances de la moda, las tendencias, las pasarelas internacionales y las celebrities. Me gusta la ropa y seguir las colecciones que lanzan cada temporada los grandes diseñadores y, por supuesto, adaptarlas a mi vestuario del día a día. Es decir, soy una fan acérrima del mundo del lujo. Es más, hay algo en ese sector que me llama poderosamente la atención, y que va mucho más allá de sus packagings espectaculares, acabados impecables y fiestas glamourosas.


En mi opinión, no es únicamente el precio lo que hace que un producto sea lujoso; de hecho, podría aventurarme a decir que el precio en sí mismo tiene muy poca repercusión en que el producto sea de lujo. Creo que es más el hecho de que el precio restringe el número de compradores del producto, lo que lo hace lujoso; por ello, entiendo que hablamos de exclusividad más que de precio. 
Lo que si es cierto, que el consumidor tiende a formarse una imágen determinada de la firma, como si fuera a 'mitificarlo' por el hecho de encontrarse éste en un rango de precios determinado. En definitiva, el precio tiene un fuerte impacto sobre la percepción del consumidor sobre la marca, pero no tanto a efectos del producto individual. 

Si tuviera que mencionar dos aspectos que creo que determinan si una marca es 'de lujo', o no lo es, serían: escasez y calidad. 
Las marcas que comercializan con productos de lujo, juegan de forma deliberada con la oferta y la demanda para subir los precios de éstos y para crear deseo en el consumidor. Si hay escasez de un producto, eso crea un deseo (más que una necesidad) y convence al comprador casi de forma instantánea a realizar la adquisición. Por otro lado, aquel bien escaso sufrirá un aumento de su precio ante una demanda constante (o incluso creciente). Es el juego de la oferta y la demanda, que se vuelve más veloz con el uso de las redes sociales y el social-media, donde un objeto se puede poner de moda, o volverse 'viral', en cuestión de segundos. 
En cuanto a la correlación calidad y precio, se trata de una condición que, por desgracia, no siempre se cumple. Cuando un consumidor compra lujo, en la amplia mayoría de los casos "compra marca", puesto que aparejado al buen nombre de una marca se entiende que reside el concepto de calidad. Puesto que de lo contrario, ¿cómo se puede entender que una marca haya despuntado y cobre más por sus productos si no es porque son de mejor calidad y proporcionan una mejor experiencia al cliente? Aparte de calidad, acabados, artesanía, materiales, innovación, tecnología y modernidad, se esconde un aspecto intangible de la marca que es lo que buscan los consumidores. Una sensación especial, un símbolo. El 'je-ne-sais-quoi' que sentía Holly Golightly (Audrey Hepburn) al desayunar frente a Tiffany's.


Para concluir, me gustaría matizar que el lujo también es un campo donde existen las subjetividades... ¡No hace falta más que mirar en internet y ver la cantidad de marcas que ofertan lujo de todos los tipos, desde comida, hasta viajes exóticos! No obstante, me gusta pensar que no es más lujoso algo porque sea más caro, sino porque la experiencia que te proporciona es de valor incalculable. Ahí es donde realmente reside la magia de la industria.

 Para concluir, una frase de mi padre, que llevo oyendo desde pequeña. 




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